El cepillo de dientes es un instrumento
de higiene oral utilizado para limpiar los dientes
y las encías.
Consiste en un cuerpo o mango aproximadamente recto en cuyo uno de sus extremos
(o cabeza del cepillo) se encuentra un denso conjunto de cerdas
perpendiculares al cuerpo que facilita la limpieza de áreas de la boca difíciles
de alcanzar. Suele utilizarse en combinación con pasta de
dientes o dentífrico, que típicamente contiene flúor
para aumentar la eficacia del cepillado.
Los cepillos
de dientes se encuentran disponibles en el mercado en diferentes tamaños,
formas y texturas de cerdas. La mayoría de los dentistas
recomiendan utilizar cepillos de cerdas suaves para evitar el daño a la capa de
esmalte
dental o la irritación de las encías
que unas cerdas más duras podrían provocar.
Los cepillos
de dientes se suelen comercializar con la mención suave, medio o duro en función de su dureza. Si bien
en la actualidad no está en vigor la norma que establece los umbrales de dureza
para diferenciar dichas menciones.
Actualmente
la mayoría de los cepillos dentales son fabricados con cuerpos de plástico
y cerdas de fibras sintéticas.
Y desde la
llegada del cepillo de Park Avenue hasta nuestros días, no se había visto
mayores cambios, salvo marcas, diseños y colores diversos, hasta que hizo su
aparición el concepto del "Internet de las cosas", donde los cepillos
dentales tienen conectividad. En esa línea, muchas marcas de cepillos dentales
tradicionales, han lanzado nuevos modelos de cepillos dentales, con
conectividad bluetooth. Muchos de ellos incluson trabajan con conectividad 3G o
4G, y se comunican perfectamente con las aplicaciones móviles.
Pero no sólo
eso, también se han desarrollado cepillos de dientes iónicos, cuyo
funcionamiento depende de la exposición de una barra de titanio que sirve como
canal conductor de luz y agua que emite iones; lo cual permite de
forma mucho más efectiva la eliminación de la placa dental.
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