miércoles, 5 de noviembre de 2014

tecnologia aplicada en la ecologia

Mayor atención para la tecnología
Ese doble filo de la ciencia y la tecnología se traducirá, a principios de los setenta y en los países más desarrollados, en enfrentamientos -no sólo verbales- entre grupos sociales. Pues algunos sectores sociales verán oportunidades, donde otros percibirán riesgos. Patronal y ecologistas, por poner un caso, no verán lo mismo en los humos de las chimeneas. Cada grupo tendrá su particular percepción de una tecnología, según sea la manera en que su introducción le afecte.
Lo bien cierto es que los grupos, así enfrentados, empiezan a reclamar que se cambie la forma en que habitualmente se muestran las relaciones entre ciencia, tecnología, sociedad y medio ambiente.
Según unos, porque esas presentaciones hacen poca justicia a los enormes beneficios sociales y de todo tipo(2) que redundan del uso de la tecnología. En concreto, tener una buena base tecnológica es poseer el punto de partida adecuado para desarrollar una economía sólida -hoy se añadiría: "y competitiva"-.
En particular, quienes esto defienden, se quejan del gran papel que en los medios de comunicación de masas o en la educación primaria y secundaria juegan las humanidades y la ciencia, entendida como saber teórico. Mientras, la ciencia aplicada y, en particular, la tecnología desempeñan un papel secundario -cuando no de puros extras-.
Esa diferencia de papeles tiene (según la opinión de quienes denuncian la postergación de la ciencia aplicada y la tecnología) una traducción práctica importantísima: las instituciones encargadas de la política científica suelen dirigir más dinero hacia la llamada investigación básica (o teórica) que hacia la investigación aplicada. Y los países que practican este tipo de conducta suelen acabar siendo tecnodependientes de aquellos otros que invierten en tecnología.
Razones completamente opuestas son las que manejan otros grupos, disconformes también con el modo en que se presentan de ordinario las relaciones entre la ciencia, la tecnología, la sociedad y el medio ambiente. Pero, la disconformidad no nace ahora del hecho de que se considere que la importancia social y medioambiental de la tecnología esté minusvalorada, sino de todo lo contrario. Para éstos otros el modo en que de ordinario se presenta la tecnología suele rayar en la tecnopornografía: se enfatizan sus efectos positivos de toda suerte y condición, y se ocultan o reducen sus impactos negativos sobre la sociedad y el medio ambiente.

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