Nueva tecnología de energía solar
térmica para aprovechar todo el espectro de radiación solar disponible
La clave para crear un material
que sería ideal para convertir energía solar en calor es ajustar su espectro de
absorción de la manera idónea: Debería absorber prácticamente todas las
longitudes de onda de luz que alcanzan la superficie de la Tierra desde el Sol,
pero sin que ello provoque una re-irradiación excesiva de calor desde el
material, ya que esto implicaría una pérdida excesiva de energía aprovechable
para el proceso de conversión. El material es un cristal fotónico dieléctrico metálico
bidimensional, y tiene el beneficio adicional de absorber la luz del Sol desde
una amplia variedad de ángulos y de soportar temperaturas extremadamente
elevadas. Y, lo que quizá es aún más importante, el material puede ser también
fabricado de forma barata y a gran escala. La creación de este material es obra
del equipo de Jeffrey Chou, Marin Soljacic, Nicholas Fang, Evelyn Wang y
Sang-Gook Kim.
El material trabaja como parte de
un dispositivo solar termofotovoltaico: La energía de la luz solar es primero
convertida en calor, que entonces hace que el material resplandezca, emitiendo
luz que puede, a su vez, ser convertida en corriente eléctrica.
Para poder aprovechar al máximo
los sistemas que concentran la luz solar usando espejos, el material debe ser
capaz de soportar temperaturas muy altas sin sufrir daños. El nuevo material ya
ha demostrado que puede aguantar temperaturas de 1.000 grados centígrados
(1.832 grados Fahrenheit) durante un período de 24 horas seguidas sin sufrir
una degradación seria en su funcionamiento.
Chip de ordenador con una
arquitectura que emula a la del cerebro
Unos investigadores han diseñado un chip de ordenador con un
cableado y una arquitectura exóticos desde la perspectiva de la computación
tradicional, pero muy “naturales” en cuanto a que emulan la arquitectura y las
interconexiones del cerebro, la “computadora” natural de los seres vivos más
complejos, capaz de realizar tareas sofisticadas de procesamiento de
información, en tiempo real y consumiendo al mismo tiempo muy poca energía,
además, por supuesto, de ser donde reside nuestra psique y de dotarnos de la
fascinante condición de seres pensantes y autoconscientes. El nuevo chip abre
el camino hacia el diseño de dispositivos informáticos capaces de realizar
tareas que resultan muy difíciles o imposibles para los chips de ordenador
convencionales. El cerebro humano realiza operaciones complicadas usando muy
poca energía y ocupando muy poco espacio. Esto ha inspirado a los ingenieros
para trabajar hacia una nueva era de la computación, la de un tipo conocido con
el sugerente nombre de Computación Cognitiva. El concepto de la computación
cognitiva se basa en la creación de un conjunto de chips, de bajo consumo
energético, que iguale esa capacidad de computación de la mente humana, algo
con lo que los científicos han soñado desde el amanecer de la ciencia de la
computación. Hoy, sin embargo, no existe tal ordenador, en parte porque la
arquitectura digital clásica de los ordenadores, introducida en su día por John
von Neumann y otros de los padres de la computación, tiene una eficiencia
limitada, sobre todo si la comparamos con lo que pueden lograr las redes
neurales interconectadas del cerebro.
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